¿Qué te motivó a entrar en la industria y cómo ha sido el camino hasta ahora?

– Mi motivación para entrar en la industria energética nació del deseo de contribuir al desarrollo sostenible, asegurando que el progreso vaya de la mano con el respeto y cuidado del medio ambiente.

El camino hasta ahora ha sido un desafío apasionante. Día a día tengo la oportunidad de trabajar en terreno, comprender los ecosistemas de cerca y aportar a la gestión ambiental desde Tinguiririca Energía. Mi rol como supervisora ​​de Medio Ambiente me ha permitido ser un puente entre la operación y la conservación, buscando siempre soluciones que equilibren la eficiencia energética con la protección del entorno.

Ha sido un recorrido de constante aprendizaje, donde la colaboración y el compromiso han sido claves. Ver cómo nuestras acciones tienen un impacto positivo en el medio ambiente y en las comunidades reafirma cada día mi motivación por seguir en este camino.

¿Cuáles han sido los mayores desafíos que has enfrentado como mujer en la industria?

– Uno de los mayores desafíos al inicio de mi carrera fue abrirme camino en una industria históricamente masculinizada, donde la presencia de mujeres aún era escasa, especialmente en roles técnicos y de supervisión. En mis primeros años, me encontré con la necesidad de actualizarme para demostrar mis conocimientos y capacidades, en un inicio mi rol implicaba el trato directo con contratistas y equipos en terreno, lo que me llevó a capacitarme en temas más específicos del mundo eléctrico para tener un dominio integral de mi trabajo y generar confianza en el equipo. 

¿Consideras que hemos avanzado en materia de igualdad de oportunidades en la industria?

– Hoy esa brecha ha disminuido considerablemente y las brechas son mucho menores que antes. Tengo la suerte de trabajar en una compañía donde hay una preocupación constante por impulsar la igualdad de género, a través de programas e iniciativas y nombramiento de mujeres en posiciones de liderazgo y eso siempre es una motivación. En ese sentido, siento que la industria energética ha evolucionado y sigue avanzando, brindando las mismas oportunidades para mujeres y hombres, y esa es precisamente la idea: buscar un equilibrio para unir fuerzas y enfrentar los desafíos de un rubro que exige constantemente actualizarse.

¿Qué significa para ti el Día de la Mujer?

– Creo que es un momento necesario para reflexionar y reconocer nuestra labor, no solo en ámbitos profesionales, sino en aquello que compone la vida en nuestros roles como madres, hermanas e hijas.

 También, es un recordatorio de que nuestro aporte es clave en todos los espacios, incluyendo sectores como la energía, donde históricamente la presencia femenina ha sido menor. Espero que entre todos podamos continuar con el compromiso de seguir impulsando cambios para que las futuras generaciones encuentren un entorno cada vez más equitativo y lleno de oportunidades.

¿Cómo te gustaría que se reconociera el rol de las mujeres en la industria?

– Me gustaría que el reconocimiento al rol de las mujeres en la industria fuera algo natural y constante, basado en nuestras capacidades, logros y aportes, más que en el hecho de ser mujeres. Creo que eso ya está sucediendo y eso es positivo. Me considero una persona afortunada y feliz por el trabajo que desempeño en Tinguiririca Energía. 

Las futuras generaciones que están pensando en estudiar carreras vinculadas a las ingenierías, les dejaría el siguiente mensaje: no existen límites, que hay que atreverse, porque nuestra visión siempre fortalece a los equipos de trabajo y permite trazar nuevos caminos para la industria energética.

Es clave seguir visibilizando el impacto que tenemos en distintos niveles, desde la toma de decisiones hasta el trabajo en terreno, destacando cómo nuestra mirada aporta una gestión más integral y sostenible.